lunes, 8 de noviembre de 2010

¿A otra cosa? .

Hoy no tengo nada para decir. No son sólo palabras que no fluyen como inmensos ríos. No son tardes de caos, ni tiempos de crisis, es tan sólo un instante de paz. Ansiada paz que se enciende por la mañana y descansa a mi lado por las noches, esperanzada de nuevas metas florecen entre viejos escombros.

Situaciones absurdas que nunca deberían estar pasando, palabras inesperadas, comentarios inoportunos. Me detengo a razonar un segundo y pierdo el sentido de muchos huecos espacios vacíos en mi memoria. Me pregunto si aún me recuerdas; si todavía sueñas amanecer con mis besos a kilómetros de casa. Atando cabos, junto desgarrados trozos de algún tiempo que el destino, desdichado, se llevó. Sostengo furtivos encuentros para no cometer diez, cien, mil veces los mismos errores. Tal vez deseo volver a cometerlos... es tan fácil ver caer enormes muros, es tan triste ser presa de tus propios recuerdos.

Por momentos deliro, consciente de que la vida me ofrece ilimitadas oportunidades para seguir soñando; nunca cuento mis sueños, estallarían como relámpagos en el oscuro cielo.

Cuento las marcas en la madera, los minutos en silencio, tristes suspiros de melancolía. Me conformo con encontrarle un sentido y una causa a muchos momentos que considero absurdos, a aquello que lógicamente no deberían pasar

pero pasa, muchas veces pasa .