jueves, 7 de noviembre de 2013

Inconcluso

Soy todo aquello que dijiste y arrastro la culpa de lo que nunca pude ser. Me encuentro inconsciente imaginando lo que podría haber sido si no hubiera atravesado tu huracán de dudas.
Sube la noche, como el tiempo inquieto, y descubro que todo continúa igual para mí: ya no habrá nada que hacer con esta ráfaga de sentimientos irracionales.
Los planes de encuentros furtivos se desvanecen en un trance de frases inconexas y vocabulario desorientado.
El estruendoso reloj me recuerda que no hay momento para forjar un intercambio de discursos. Queda a la deriva la falsa conformidad, y se abre en el limbo mi espacio fuera de órbita.
Inhalo cobardía para dejar de pensarte y resuenan estrofas purificadas en caminatas eternas y vacíos pasos fóbicos de eternidad.
Reafirmando mis silencios de anfibio y la más desesperada asfixia descansaré en la visión de un extraño marginado.
Los relatos en tornasol aún se abstienen de darle sitio a tu silueta descolorida. Las nubes hermosas me preguntan cuánto tardará en estabilizarse esta ironía. La espera se desvanece, flota en su sitio y resurge, como la idea de infinito, como ese instante en que fluirás lejos de mi aura.