viernes, 16 de diciembre de 2011

Del Olvido .

Te buscaré como todas las mañanas
Recorreré las caras de mis rutinarias compañías, cansadas del cansancio.
Y en esa esquina, cuando aparezcas por esa puerta, iluminarás mi día.
Unos instantes, no mucho más. Te observaré modelar por el pasillo y buscar refugio en cualquier asiento olvidado.
Simulando lectura, distrayendo la mirada, aprenderé cada gesto, postura, y cobraré vida solo cuando pueda reconocer tu sonrisa.
Perdido entre algún párrafo imaginaré tu encuentro, absurdas escenas con el fin de saber quién eres, de escuchar tu voz.
Caeré en la inútil noción de que, no soy más que un desprolijo soñador. Cobarde de sueños, imitador de desesperanzas, sumido en lo más profundo de mi timidez.
Levantaré la vista, para una vez cruzar tu mirada, encontrar una mueca de interés y mis ojos caerán vacíos a la página 153.
Se callará el ruido. Caerán miles de hojas. Se oirá los sueños y miles de canciones.
No habrán pasado segundos, que en dos pasos parecerás por detrás de la ventana con el sol radiante en tus pequeños ojos marrones.
Pensando en, vaya a saber qué cosa poco emocionante, aunque importante para mí. Cuando el brillo se haga oscuridad, doblarás en la esquina y te perderé para siempre.
Te observaré escapar, sin una pisca de sentimiento. Sola.
El mundo volverá a girar tras una pequeña pausa. Volverán la rutina, la muchedumbre, los ruidos y el desgano.
La ciudad recobrará su penumbra mientras un lejano recuerdo esperará al día siguiente o toda la eternidad.
¿Qué será de mí? Lejos de saberlo, tengo todo un día por delante.