martes, 15 de diciembre de 2015

Presente no presencial

Vaivén de siluetas desprovistas de alma
Que caminan al sinfín de la naturaleza apisonada
De porvenir incierto
En empatías monetarias
Junto a inconcordancias liberales
Y a proezas que desperfectúan al tiempo

Las espinas que atosigan en lo que nunca sucederá
En el ruido de los besos
En el silencio de los decesos

La absorta teoría del realismo mental
Se hace presente
De amores que solo se aprecian por horas
En cuestiones
Instantes del desentendimiento de los hemisferios
Y causalidades de ideas que siempre saben sobrar

Sobre el agua
La superficia que atrevida fluye
La astucia de la intensa primavera
Se destierra
En la vivacidad desprolija del viento
Como el vaso desparramado
Que en la suspicacia del río mana hasta el suelo

Y los pasos arbitrarios
Las cúspides preliminares de la búsqueda del fin del mundo
En pantallas
El destrozo de las mentes
En amistades precoces en uniformes o chalecos de fuerza

Los tropiezos del encuentro de Adán con la serpiente
La manzana que dice ser prohibida
La hiprocecía que halla culpable
En la otra vereda
En la polución que tapa la verguenza
Que derrite el cielo

El caos como los tobillos del prestigioso descaro terrenal
De los enojos disrracionales atraídos
Por el vibrar de dientes
De cejas entrelazadas, brazos cruzados

La superstición de la piel quemada
De nuevas metáforas, colores de espontaneidad
En los amoríos de balcones solo en las páginas abiertas

Las piezas intelictivas en las pinceladas de la cerveza
En los compases a destiempo
Los suicidas de la poesía desestructurada
Pidiendo a gritos el ser oídos
Desestabilizarel triunfo del relleno incipiente

Pero bien sabe la escritura que las palabras son impuras
Que el punzante fierro atravieza
Las entrañas del arcoiris
Las pisadas en Marte, la televisión por cable

Y cuando por fin
Se desmunce la arena
Se desacucen de agravio los amantes
Y se dispongan de exuberancia los encuentros
El concepto de destino tomará la nueva pulsación
De no ser inherente

Pero sí apócrifo
No superalivo
Y vendrá a saber lo que es feliz
Secuencias de sueños,
Terremotos de reestructuración
En infinidad de dibujos ya casi sin humedad.

Deseo nebuloso

Esa mueca de inocencia de labios gruesos
Perfectos
La curva de tu cintura que se inunda de certezas
La profundidad del milimétrico punto del surco en sus ojos,
de la eternidad del silencio y de hombros rectos

Te quiero en la pestaña en tu nariz
Te quiero en tus lentes torcidos, en tu flequillo desdibujado
Te deseo en lo esencial del desayuno, en las reacciones bruscas de tu cuello
Me abstraigo en tu sonrisa y en el lápiz que presiona en tu cachete
Te siento en las pisadas en la arena, en un arreglo afinado
En la fotografía fuera de foco
Te extraño en la botella vacía, en el bostezo del mediodía

Y si las funciones de la valentía me sorprenden en el flujo de tus palabras
Y si la cobardía se pliega en tus ojos alegres
Encontraré las ideas para convertir mi mirada con culpa
En la cuchara que se acerca a tu boca
Al dedo que limpia el pliegue de tu labio
A tus cejas que se sacuden con la música

Mientras llueva con suavidad y no entiendas por qué llueve
Aunque no interpretes que alguien abandone tu apreciación para buscar otras respuestas
Igual te entiendo y aprecio tu inocencia:
En una mano sobre la mesa dejándose acariciar por la otra

Adoro el brillo de tus tobillos
El cruce de tus pies en reposo
Admiro tu astucia, tu sutileza, tu espontáneo despilfarro de risa, la densidad de tu cadera
Ahorro premisas de incentivos desinteresados porque colecciono tus miradas furtivas de aprobación
Locuras para la esperanza
Y aunque hoy las pausas de otro te acompañan en tu intrépido desenrriedo
Por menos que las gotas evoquen la necedad de este desacontecer
Nebulosa
Imprecisa
Alargaré las herramientas para imprimir en tu olvido las marcas que quiero que suplantes para siempre.

Permiso

Pidió permiso
Permiso para no pertenecer
Decantar
Cubrirse de empatía
Desbordar de sentimientos

Permiso rezó
Para mover su baile en sus propios compases
Quebrar el protocolo
Sustraer esquemas mentales
Resquebrajar sus angustias

Sustrajo permiso
Para dudar de las bases de las circunstancias
Para desoxigenar su sangre
Arrugar sus prendas agujereadas
Respetar el conocimiento

Mendigó permiso
Para entonar estrofas por las calles
Callar cuando se acusa sin palabras
Descuidar la moral
Perpetuar, desaceptar

Permiso rogó
Para formular preguntas sin respuesta
Ahogarse en palabras confusas
Soñar realidades inoportunas
Verse fuera de tiempo

Permiso pidió
Para disfrutar de la abstracción
Reir como un demente
Aprender a no encontrarse
Ironizar, curiosear

Abogó permiso
Para ser el epicentro del terremoto
Un amante desvergonzado
La gota que rebalsó el vaso

No encontró estúpidos permisos
Ni respuestas para empezar a ser
y se ahogó pidiendo
En su represión
En su imitación
Y en la destrucción de su originalidad