domingo, 17 de mayo de 2009

Mañana gris

Por algún lado escuché algo como "el hombre es feliz solo 2 días al mes".
Sinceramente, me parece una locura. Aunque no niego que hay mañanas en las que uno se siente un trapo de piso.

Hoy, como verán, es una de ellas.
Después de meditar unos ratos en la cama, sin apuros, ya que es domingo, vislumbré como, a su tiempo, todo me dio la espalda.
A costa de golpes, desilusiones y tristezas aprendí a vivir. A costa de rutinas y malas pisadas aprendí a llorar.
Mirando por la ventana, vi reflejado en el vuelo de las hojas del otoño, el fugaz paso de todo aquello que busque, y añoré tanto.
Por primera vez, sentí que controlaba el mundo, mi vida, y que había personas, muy importantes para mí, que disfrutaban de sentarse a escucharme.
Me equivoqué, se alejaron de mí con la primera sudestada.
Cosas horribles salieron de entre sus labios, para sacarse la culpa de haberme dejado abandonado.

Y así, sin demasiadas vueltas, quedé solo, triste, intentando odiar a alguien que nunca me quiso amar.

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