Temerosos, pequeños rayos de luz iluminan la tranquila oscuridad de mi habitación.
Tu recuerdo me da valor entre las sombras y deja sentir mis pasos lejanos entre los perdidos faroles de la noche.
Es este corazón esperanzado el que muestra la silueta de los objetos adornados por el brillo de tu risa.
En las tinieblas apareció tu desconocido universo, dejando florecer miles de preguntas que poco importan sus respuestas.
Ante mis inseguridades despertó un dragón dormido que encendió nuevamente el fuego de mi felicidad, y hoy, me muestro nervioso e intranquilo mientras espero tu llamado.
Entiendo que aún falta mucho por vivir y mucho más por conocernos, por eso no hay más opción que aprender a controlar este creciente sentimiento.
A ti dejo mis cosas
Hace 8 años
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